domingo, 30 de marzo de 2014

¿De qué hablamos cuando hablamos de la Web social?




El vídeo The machine is us/ing us nos hace reflexionar sobre lo que significa la Web social, no sólo a nivel global, si no lo que nos aporta a cada uno.  No dice nada nuevo, ya que subraya el concepto de que los usuarios no estamos enlazando contenidos, sino que nos enlazamos los unos con los otros. Es por ello imprescindible averiguar primero quiénes somos (aunque suene a filosofía barata) y cómo queremos que nos vean. La Web social es un universo vasto, donde cada átomo son las pequeñas aportaciones que vamos haciendo cada uno, por mínimas e insignificantes que parezcan. En el momento que nos conectamos, ya estamos ayudando a construir esta macro-sociedad.


Algo que el vídeo destaca se corresponde con el primer punto que defiende Merlo-Vega en sus diez claves de la Web social. Se trata de la división entre el contenido y el formato (significado y significante) que compone Internet, dando margen a la constante evolución de este medio. Lo mismo se puede aplicar a la interoperabilidad, que da una flexibilidad (por otro lado lógica), teniendo en cuenta la variedad de sistemas y usuarios que se conectan a la Web.



Pero basta de palabrería...¿qué buscamos cuando nos conectamos? Buscamos que nos pongan las cosas fáciles, maximizar el tiempo que le dedicamos a Internet y sacarle el máximo provecho posible. Esto se traduce en cada vez más herramientas y aplicaciones (seguramente haya un estudio en alguna parte con un ratio aproximado de aplicaciones/minuto...y otro sobre el ratio de éxito/fracaso).  Pero donde más nos damos cuenta de esta sencillez que remarca Merlo,es en el diseño. Los móviles ya no tienen botones físicos, las tablets se comen a los portátiles, las interfaces principales de las webs consisten en cuatro elementos contados, y con un simple botón accedemos a un abanico de acciones que hace unos años habrían llenado una buena porción de la página. 




EDIT: Este post, que se publicó al completo, ahora aparece incompleto por razones desconocidas.

Casi dos meses después de reflejar estas impresiones, puedo afirmar que mantengo prácticamente todas. Sigo dudando del supuesto desinterés de la Web social según Merlo, con tanta institucionalización y mercantilización de las redes sociales. Todo es un negocio, al fin y al cabo.

La inquietud que subrayé en su día acerca de la marca personal/identidad digital (de ahí el título de este blog) ha obtenido ciertas respuestas. Las predicciones de Saragossi arrojan un rayo de esperanza a la futura posibilidad de unir orgánicamente nuestras identidades escindidas (lo comento en mi anterior post).



7 comentarios:

  1. Julia, gracias por no resumirnos el texto sino por ofrecernos tu visión. Me quedo con muchas ganas de más respecto al último párrafo. El "desinterés" ha sido también tema de debate en otras ocasiones y tu le añades el picante de las grandes empresas y los negocios... no sé si se te olvidó el Estado, así en mayúsculas. Espero que esto nos de para más y que más compañeros se animen a participar :-)

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  2. Hola, Julia. Estoy básicamente de acuerdo contigo en tu crítica a la última clave de Merlo, que hace referencia al supuesto "desinterés" de la web social. Como es sabido, cada vez que nos conectamos a una red social o a una aplicación de la web 2.0, o incluso cuando utilizamos un buscador, estamos dejando "pistas" para que las empresas que ven en nosotros consumidores potenciales sepan qué ofrecernos. Esto, que a priori podría resultar interesante (que me den directamente lo que necesito), no deja de convertirse en inquietante cuando, por ejemplo, esta mañana he estado buscando precios de sistemas RAID para otra asignatura del máster y esta tarde no lograba deshacerme de este tipo de anuncios, entrara en la página en la que entrara.
    Tony en su comentario hace referencia al Estado como "Gran Hermano"... 30 años después, parece que la profecía de Orwell se cumple... Sonreíd a la cámara, os están vigilando...

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  3. Julia, tu post pone sobre la mesa un tema muy importante y que a mí me produce cierta desazón. Lo has definido muy bien con el tablero de ajedrez, en el que todos estamos inmersos donde los gigantes invisibles (véase empresas, negocios, Estado, como bien dice Tony) ocuparían las piezas de poder y el resto seríamos meros peones.
    Sin dejarme llevar por las teorías de la conspiración que dicen que las redes sociales están creadas para que suministremos nuestros datos, que mediante internet nos controlan y nos vigilan, tampoco me parece muy lógico que un espíritu de bondad y generosidad absoluta esté detrás de las empresas que nos suministran servicios con la esperanza de que en un futuro den beneficios. En ese punto intermedio, me gustaría pensar que, no deberían subestimar el papel de los peones ya que algo podemos decidir y, de alguna manera, poder determinar nuestro papel en la web. No sería la primera vez que un peón derriba a un rey.

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    1. Estoy muy de acuerdo contigo, Patricia. Aunque nuestros datos estén controlados por las empresas e instituciones que nos suministran estos servicios, somos nosotros los que en última instancia (o primera, según se mire) decidimos la información que aportamos y compartimos.

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  4. Y además de las empresas y los estados y de todo lo malo, también existe el desinterés. ¿Qué es si no la Wikipedia y todos esos proyectos de colaboración ciudadana o de la gente que hace y mejora el software. Hoy los peones hemos ganado una pequeña batalla en el Parlamento Europeo sobre la neutralidad de la red. ¡Vivan los peones!

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  5. Leyendo tu post, así como los comentarios aportados a éste, me has hecho pensar en tanto de forma individual como de forma global. ¿Qué es lo que aportamos desde ambas formas? ¿Tanto hipertexto no complica el averiguar quién/quiénes somos? Dices que es el primer paso a dar, pero a veces con tanto “ruido” muchas veces nos cuesta encontrar algo con lo que sentirnos identificados, o bien damos una imagen errónea de lo que somos sin pretenderlo, en vez de proyectar lo que deseemos proyectar. Y viceversa, de casualidad. ¿Se beneficiarán otros de ello? Perdona por irme de las ramas, está claro que la web social es el lugar perfecto para dar pie a debates sin fin o sin cabeza. Sin embargo, luego comentas “¿qué buscamos cuando nos conectamos?”. Al acudir a la red, ¿nos escondemos o buscamos llamar la atención individualmente o en grupo con la ayuda de la web social? Gracias a ella tenemos una herramienta reivindicativa impresionante (cuántas personas se habrán puesto en contacto en pos de una misma idea), pero te doy la razón, al mismo tiempo estamos siendo aplastados por información virtualmente insignificante, y como dices, dando lugar a roces y peleas, pero… apuntándome a las teorías conspirativas, ¿no será todo premeditado? :P Gracias por compartir con nosotros tu post ☺

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    1. Gracias por tu reflexión, Mónica, sin duda este tema da para discusiones sin fin...
      Aunque no lo parezca por el tono negativo y "conspiranoico" de mi post y mis comentarios, tengo bastante fe en el ser humano y la "masa virtual" como ente que colabora y comparte de manera desinteresada y altruista (Wikipedia, como comenta Tony, es un claro ejemplo de ello). Sobre todo en el aspecto político y reivindicativo ha tenido una influencia incalculable en muchas revoluciones en los últimos años. ¿Por qué si no cierto dictador ha pretendido bloquear Twitter en Turquía?

      ¿Puede ser que la masa (o los peones, metáfora bastante gráfica) vaya ganando pequeñas batallas que vayan derribando lentamente a ese sistema invisible?

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